Con “A La Sala”, Khruangbin recorre un camino encantador de vuelta a las raíces de su sonido, mientras explora nuevos territorios. El álbum, que se lanzará hoy, es un refrescante sumergirse en el viaje musical de la banda, que más que nunca se mantiene fiel a su visión única, sin quedarse estancada en su desarrollo musical.
El título, que se puede traducir como “Hacia la Sala” en español, revela de inmediato el núcleo de esta obra. Es un retorno a los orígenes, una reunión íntima entre los tres miembros: la bajista Laura Lee Ochoa, el baterista Donald ‘DJ’ Johnson, Jr. y el guitarrista Mark ‘Marko’ Speer. Este sentimiento de reunión impregna la música, con la banda abrazando el minimalismo y logrando una profundidad musical con un enfoque claro. Esta profundidad se refleja claramente en una producción que, por un lado, es transparente y clara, y por otro, añade un sonido de “tubos” de los años setenta a lo largo de todo el espectro sonoro. Es maravilloso.
El álbum comienza poderosamente con “Fifteen Fifty-Tree”, una pista que atrapa al oyente de inmediato con su atmósfera embriagadora y sus sonidos relajados. Es un punto culminante en la producción y en la calidad de sonido relajado inigualable que establece el tono para el resto del viaje por “A La Sala”.
La capacidad de Khruangbin para evolucionar y al mismo tiempo mantenerse fiel a su esencia se ilustra de manera elocuente en las doce canciones del álbum. La música suena más jazzera y relajada que antes, pero sigue manteniendo esa firma única de Khruangbin que los fanáticos de todo el mundo han abrazado.
Las canciones en “A La Sala” suenan a la vez muy íntimas, como si se conocieran desde hace mucho tiempo, y por otro lado, es un viaje aventurero por culturas y géneros musicales lejanos. Canciones como “A Love International” y “Pon Pón” invitan al oyente a una fiesta intercontinental, mientras que temas como “Hold Me Up (Thank You)” y “Todavía Viva” irradian una atmósfera cálida y familiar con sus ritmos funky y texturas melódicas.
Lo que realmente distingue a este álbum es la manera en que Khruangbin abraza el pasado para crear un nuevo futuro. La banda se inspira en grabaciones y experimentos anteriores, que sirven de inspiración para las composiciones en “A La Sala”. Este proceso de redescubrimiento y reinterpretación da como resultado una experiencia auditiva envolvente que se siente familiar y refrescante al mismo tiempo.
Pero no son solo los aspectos musicales los que hacen que “A La Sala” sea tan especial. El enfoque visual y conceptual de Khruangbin también contribuye al impacto general del álbum. Las siete diferentes portadas del álbum, diseñadas por la propia banda, ofrecen una ventana al mundo de ensueño de Khruangbin, al tiempo que destacan la versatilidad de la banda.
En un panorama musical que a menudo está dominado por tendencias y expectativas, Khruangbin sigue siendo un ejemplo de integridad artística e independencia, lo cual es loable en estos tiempos en que artistas como Beyoncé explotan el comercio al máximo con sus álbumes de country falsos. “A La Sala” es el último capítulo de un viaje notable, una obra maestra que muestra tanto la profundidad de su artesanía musical como la amplitud de su visión creativa.
En conclusión, “A La Sala” es sin duda uno de los álbumes más destacados de 2024. Es un viaje envolvente y encantador que invita al oyente a perderse en el mundo único de Khruangbin. Con sus composiciones profundas, su producción sublime y su creatividad sin límites, este álbum merece todo elogio y reconocimiento que pueda recibir. Khruangbin se ha superado una vez más y demuestra una vez más por qué son una de las bandas más emocionantes e influyentes en este momento. “A La Sala” es el mejor álbum de 2024 hasta ahora. (9/10) (Dead Oceans)