Desde 1998, el compositor, productor y alquimista multiinstrumentista colombiano Eblis Álvarez, con sede en Bogotá, ha estado creando sonidos psicodélicos e inventando su propia mezcla de experimentalismo latino y electrónico bajo el nombre de Meridian Brothers.
Su duodécimo álbum, “Mi Latinoamérica Sufre”, está listo para ser lanzado en el sello estadounidense Ansonia en colaboración con su sello europeo, Bongo Joe Records.
Meridian Brothers ha sido el proyecto más constante, gratificante y prolífico de Álvarez, a pesar de su participación en otras bandas como Chupame el Dedo, Los Pirañas y Romperayo. Durante décadas como banda de estudio de un solo hombre, ha lanzado una marea de música desafiante, emocionante y divertida, a la vez experimental y tradicional, antigua y futurista.
Ahora, Álvarez y su proyecto Meridian Brothers regresan con “Mi Latinoamérica Sufre”, un álbum conceptual cuya huella sonora nació del deseo de explorar el potencial inexplorado de la guitarra eléctrica en un contexto latino tropical. Inspirado en las tradiciones de highlife y soukous africanos, sonidos populares en las fiestas de la costa colombiana, el álbum fusiona el ritmo africano con el sabor costero colombiano de la ‘champeta’.
El primer sencillo, “En el Caribe estoy triste”, presenta el cautivador sonido soukous, fusionándose perfectamente con la champeta colombiana. A lo largo del álbum, Meridian Brothers evita la distorsión y los clichés típicos del rock progresivo, optando por un enfoque puro y limpio. “Mi Latinoamérica Sufre” rinde homenaje a la rumba congoleña, el highlife ghanés y el afrobeat nigeriano, mezclando estas influencias con ritmos latinos y cumbia.
El álbum presenta una narrativa central que explora el ego, reflejada en el título “Mi Latinoamérica Sufre”, una caricatura de auto lástima. La historia sigue a Junior Maximiliano III, un personaje urbano que busca la felicidad a través de la psicodelia y la exploración personal.
Otro sencillo, “Mandala”, combina el pulso rítmico del tambor afrovenezolano con grooves funky, mientras que “Sé que estoy cambiando” irradia una energía contagiosa con elementos de calipso y ritmos colombianos.
A lo largo del álbum, Álvarez muestra sus habilidades vocales adoptando diferentes voces para crear un teatro sonoro de la mente. La narrativa visual, creada por Mateo Rivano, complementa la música retratando estados psicológicos de desorientación, auto lástima, iluminación y optimismo.
“Mi Latinoamérica Sufre” representa una adición innovadora y esencial a la tradición del álbum conceptual, con el sabor único y agridulce de Latinoamérica.