Aunque «The Wild Rover» se asocia hoy en día con la música folk irlandesa, sus orígenes se encuentran en la Inglaterra del siglo XVII. Según las investigaciones de Brian Peters en el Folk Music Journal, la canción surgió en la década de 1670 como una balada inglesa impresa, escrita por Thomas Lanfiere. La versión original contaba la historia de un «mal esposo» que abandonaba su vida de borracho. Con el tiempo, se acortó, se rebautizó como «The Wild Rover» y adquirió su famoso estribillo.
Esta transformación de una narración moralista en una canción para cantar en grupo muestra la capacidad de la música popular para adaptarse a diferentes culturas y épocas. Lo que empezó como una advertencia contra el alcohol terminó, irónicamente, convirtiéndose en uno de los himnos de taberna más queridos del mundo.
The Dubliners nacieron en los años 60 a partir de sesiones espontáneas en el O’Donoghue’s Pub de Dublín. La formación original incluía a Ronnie Drew (voz, guitarra), Ciarán Bourke (voz, guitarra, flauta irlandesa, armónica), Luke Kelly (banjo de cinco cuerdas) y Barney McKenna (banjo tenor). La combinación de instrumentos y voces dio forma a un sonido único que ofreció una nueva dimensión a la música tradicional irlandesa.
En 1964 se unieron John Sheahan y Bobby Lynch. Al principio actuaban en los intermedios, pero pronto pasaron a tocar la segunda parte de los conciertos, marcando el inicio de The Dubliners como banda profesional de giras.
El éxito se centró en sus cantantes principales, Luke Kelly y Ronnie Drew, ya fallecidos. La banda se destacó por su energía, sus baladas callejeras y su interpretación auténtica, convirtiéndose en embajadores mundiales de la cultura irlandesa.
Tras la muerte de Ciarán Bourke en 1988, Eamonn Campbell pasó a ser miembro oficial. Ese mismo año, con Ronnie Drew, Barney McKenna, John Sheahan y Seán Cannon, lanzaron el álbum «The Dubliners’ Dublin», considerado por muchos como la última generación auténtica de los Dubliners.
The Wild Rover
The Dubliners grabaron «The Wild Rover» en 1964 y lo convirtieron en una de sus piezas emblemáticas. Su versión dio nueva vida a la antigua balada y consolidó su reputación como intérpretes definitivos del folk irlandés.
A pesar de sus casi 400 años, «The Wild Rover» sigue siendo popular en los pubs irlandeses gracias a la participación del público, especialmente con las cuatro palmadas después de «and it’s no, nay». Este detalle convierte la canción en una experiencia comunitaria que rompe la barrera entre artistas y oyentes.
La interpretación de The Dubliners inspiró a muchos otros artistas. The Clancy Brothers con Tommy Makem la incluyeron en su álbum de 1965 «Recorded Live in Ireland», The Pogues la grabaron en 1984 en «Red Roses for Me», y hasta grupos modernos de punk-folk como Dropkick Murphys la incorporaron a su repertorio.
Éxito comercial
Durante su carrera, The Dubliners vendieron más de 30 millones de discos, incluyendo diecinueve álbumes de estudio, veinticuatro recopilaciones y veintitrés sencillos. Estas cifras demuestran su vigencia a lo largo de generaciones.
En 2011 apareció un álbum recopilatorio titulado «Wild Rover», que alcanzó el puesto 55 en las listas irlandesas, prueba de que la canción seguía siendo relevante décadas después de su grabación inicial.
La década de 1960 vivió un renacimiento del folk en todo el mundo. Mientras Bob Dylan y Joan Baez lideraban el movimiento en Estados Unidos, The Dubliners hicieron lo propio con la tradición irlandesa. Su enfoque era distinto: festivo, enérgico y fiel al espíritu de los pubs irlandeses.
Su instrumentación –banjos, tin whistles, bodhrán y guitarras– creó un sonido auténtico pero accesible, ideal tanto para pubs íntimos como para grandes escenarios.
Legado
Hoy en día, The Dublin Legends mantienen vivo el espíritu de los Dubliners. Con Seán Cannon como figura clave, llevan la esencia del folk irlandés a nuevas generaciones.
«The Wild Rover» ha dejado de ser solo una canción para convertirse en un fenómeno cultural. De los cantos en pubs a los festivales internacionales, sigue uniendo a la gente en torno a temas universales como el regreso al hogar y el perdón.
Tras el éxito de «The Wild Rover», la gran consagración llegó en 1967 con «Seven Drunken Nights». Aunque fue prohibida por la RTÉ debido a su contenido picante, alcanzó el número 7 en el Reino Unido y el número 1 en Irlanda, impulsada por la emisora pirata Radio Caroline. Esto les abrió las puertas a otros éxitos como «Black Velvet Band».
Con sus largas barbas y ropa anticuada, los Dubliners eran estrellas improbables, pero su aparición en Top of the Pops los catapultó al gran público.
Significado cultural actual
La paradoja de «The Wild Rover» sigue siendo fascinante: una canción sobre dejar la bebida se convirtió en uno de los himnos de borrachera más famosos. Esta ironía demuestra cómo la música puede trascender las intenciones originales de sus creadores.
Con su interpretación, The Dubliners no solo revitalizaron un clásico, sino que cimentaron la base para la apreciación global de la música folk irlandesa. Su legado continúa en cada coro de pub y en cada nuevo músico inspirado por su estilo auténtico y enérgico.