En un jueves normal de octubre, se agotaron todas las entradas en el local de música ‘Nieuwe Nor’, situado en Heerlen (Paises Bajos). La locura del ‘Oktoberfest” fue superada por los Fun Lovin’ Criminals. Era de esperar que hiciera falta una banda como los Fun Lovin’ Criminals para sacar a los limburgueses de sus lederhosen, dirndls y carpa de fiesta. Se podía considerar muy improbable que la gente fuese realmente lo suficientemente flexible como para dejar que los delincuentes amantes de la diversión, les robaran el jueves el dinero que tanto les ha costado ganar con la inflación y luego hicieran cola para el Oktoberfest el viernes. Pero lo han conseguido.
Como dicho, la sala se llenó totalmente el jueves pasado con criminales amantes de la diversión. Pero empezamos con el acto de apoyo ‘Project Blackbird’ . El grupo se compone de la cantante estadounidense Ming Nagel y el multi-instrumentista Jon Read, a quien algunos aún reconocen como el trompetista de los Specials (correcto, la banda de ‘A message to you Rudy’)
La breve actuación del Project Blackbird estuvo plagada de la típica enfermedad holandesa. Incluso a través de la megafonía, la voz de la cantante Ming apenas se sobrepuso a los Limbos que discutían entre ellos las penas de la semana mientras tomaban una cerveza. ¡Para eso, quédate fuera! Project Blackbird es una banda que merece que el público venga por ellos. Pienso que su actuación fue un poco tímida. En cuanto la actitud, pueden aprender algo de los Fun Lovin’ Criminals. Agarra a ese público por los huesos y no lo dejes ir. Merece la pena escuchar su último álbum “If this is the End”.
Después de que “Project Blackbird” despejara el escenario con un cortés aplauso, el público rápidamente se preparó para el acto principal, con mucho incienso con olor a pachulí y humo.
Cuando por fin se apagaron las luces y solamente se oía “Einsamer Hirte” de George Zamfir, se intuía lo peor para el resto de la noche. Pero ya no había vuelta atrás. Y por fin, cuando se oían los últimos tonos de la flauta de pan de Zamfir, los criminales buscados entraron en escena. Vestidos con trajes seguramente no originales de Savile Row (es decir, sólo entregan gratis los pedidos de más de 60 libras), subieron al escenario Brian ‘Fast’ Leiser , Frank Benbini y el nuevo criminal, con el historial delictivo más corto, Naim Cortazzi. Obviamente, la banda empleó una práctica criminal conocida. Las manos se alzaron de inmediato con el primer tema, “The Fun Lovin Criminal”. Inmediatamente quedó claro que el público presente se dejaría robar sin ningún esfuerzo de su última resistencia esta noche.
Tenemos que enfocarnos brevemente en Naim Cortazzi, el nuevo guitarrista inglés que ha ocupado el lugar de Huey Morgan, que dejó la banda el pasado noviembre. Todavía no sabemos mucho sobre Cortazzi, aparte de que una vez tocó con los Happy Mondays y de que le gusta cantar en la ducha el ‘ I wonder why’ de Curtis Stigers. ¡Pero qué gran guitarrista/cantante ha traído la banda con Cortazzi! Tiene un gran groove, como solista de guitarra parece un Dios, y también es atractivo.
La banda se sintió claramente bien, y no aflojó ni un momento. El groove de Frank se impuso con contundencia, Fast como el multi-instrumentista con voz chillona, dirige a la banda hacia donde tiene que ir. No nos equivoquemos, FLC puede parecer una banda de fiesta súper cool, pero bajo el capó corre un motor V8 extremadamente sólido que ya ha acumulado muchos kilómetros y es de una excelencia única y profesional.
La banda lanzó un nuevo EP con ‘ the Roosevelt Sessions’ hace menos de dos meses, pero de este sólo tocó ‘Shake it Loose’. Bueno, no es que esta banda no tenga suficientes canciones para volver al público loco.
‘Loco’ , ‘King of New York’ , todos ellos pasaron por allí, y el público les siguió muy bien. La energía comenzó a fluir de un lado a otro entre los hombres en el escenario y el público. Fue sorprendente ver lo bien que se lo pasaba la propia banda en el escenario. Su alegría salpicaba a la sala.
Durante ‘Up on the Hill’, los Criminals volvieron a subir al escenario al trompetista Jon Read, de Project Blackbird. Fast le había dado un día para ensayar su parte. ¡Qué rico! Poco a poco, la sala se fue acercando al punto de ebullición. Entonces, cuando “Nosotros, somos tres” se puso en marcha desde el sampler, no hubo quien les parara. Jailbreak. Estos criminales merecen la libertad incondicional.
Menuda fiesta. En el bis, ‘Bear Hug’ da el golpe final. Los tres rapeando en el escenario. Qué energía y qué bien se lo pasaron. Run DMC , ¡aprended de esto! Si los Criminales hubieran pedido carteras y teléfonos en ese momento, los habrían obtenido sin duda.
Los Fun Lovin Criminals llegaron, vieron y conquistaron a Heerlen, el Detroit de los Países Bajos según Fast, y el público estuvo totalmente de acuerdo. Resultó ser una noche legendaria.
Traducción: Yolanda Carrasco Martín