La noche del martes fue el día: la mítica banda británica de heavy metal Iron Maiden ofreció una actuación arrasadora en el Paulo Sant Jordi de Barcelona. El concierto fue parte de su gira ‘Future To Past’, celebrando tanto su icónico álbum de 1986 ‘Somewhere In Time’ como su trabajo más reciente ‘Senjutsu’ de 2021.
Desde el momento en que las luces de la sala se apagaron y la introducción de la película ‘Blade Runner’ sonó a todo volumen a través de los parlantes, la atmósfera en la sala se cargó eléctricamente. La multitud estaba frenética antes de que la banda tocara una sola nota. Iron Maiden sabe mejor que nadie cómo abrir un espectáculo y captar inmediatamente a la audiencia.El concierto comenzó con la convincente ‘Caught Somewhere in Time’, que inmediatamente marcó el tono de la noche. La audiencia recordó el apogeo de la banda y la energía en el lugar era palpable. Fue como si el tiempo se detuviera por un momento y la afición volviera a sentir 18 años.
Un momento llamativo durante la canción ‘The Time Machine’ fue el telón de fondo que mostraba tres fechas: “25-12-1975”, “03-09-2021” y “29-09-1986”. Estas fechas simbolizaron la formación de la banda, el lanzamiento de su reciente álbum ‘Senjutsu’ y el lanzamiento del legendario ‘Somewhere In Time’. Un sutil guiño a la historia de la banda que sin duda fue apreciado por los fans.
Iron Maiden logró mantener la lista de canciones perfectamente equilibrada, con una mezcla de canciones nuevas y antiguas. Si bien la banda no necesita nuevos lanzamientos para complacer a sus fanáticos, lo más destacado de la noche fueron, sin duda, clásicos como ‘Stranger in a Strange Land’, ‘Heaven Can Wait’ y ‘Alexander the Great’. Estas canciones fueron cantadas por la multitud entusiasta, que sigue siendo una de las bases de fans más dedicadas y apasionadas del mundo.
El espectáculo de Iron Maiden fue una combinación perfecta de la vieja escuela y la nueva escuela. El escenario se equipó con modernas pantallas LED e iluminación, pero también conservó los característicos grandes fondos y los imponentes monitores en el suelo. Iron Maiden se mantiene fiel a sus raíces y sabe exactamente cómo dar a sus fanáticos lo que anhelan.
El líder Bruce Dickinson, todavía bendecido con una voz fenomenal, realizó una actuación poderosa y convincente. Los coros de Steve Harris, el fundador de la banda, quizás fueron demasiado prominentes, pero eso no arruinó la diversión. Y Janick Gers, el guitarrista, seguía siendo una combinación de Angus Young y un bailarín folclórico, lo que el público solo podía apreciar más.
Luego de una velada llena de nostalgia y compromiso al 120% por parte de la banda, los fans abandonaron la sala con un sentimiento de satisfacción. Iron Maiden demostró una vez más por qué siguen siendo la banda de hard rock más grande del mundo y por qué sus fanáticos continúan apoyándolos. Fue una velada llena de momentos que pusieron la piel de gallina y el público volvió a sentirse como si tuviera 18 años. “¡Up The Irons!”