En los Alpes franceses, donde el silencio entre las cumbres es casi palpable, Félicia Atkinson crea su obra más ambiciosa hasta la fecha. Con “Space as an Instrument”, la artista experimental entrega un álbum que refuerza su reputación como maestra del espacio sonoro. Aquí, el espacio no es solo una metáfora, sino que se convierte en un verdadero instrumento. Atkinson, que ya se ha consolidado en el mundo de la música experimental, es reconocida por su habilidad para entrelazar sonido y silencio en una composición hipnótica. En este nuevo álbum, esta habilidad alcanza una cumbre inédita.
La pista de apertura “The Healing” es, desde el inicio, una declaración: aquí la música se crea para generar y ofrecer un espacio para respirar. Los sonidos lentos y meditativos crean una atmósfera curativa que invita al oyente a cerrar los ojos y sumergirse en la experiencia musical. ¿No es un buen día? En ese caso, mejor deja este álbum para otro momento.
Si bien “The Healing” es relativamente accesible, “This Was Her Reply” revela un lado más exigente de Atkinson. Como una poeta que siembra palabras en la conciencia, la música y el sonido se infiltran bajo la piel. No siempre es una experiencia cómoda, pero sí fascinante. La forma en que Atkinson juega aquí con las expectativas y lo desconocido muestra su comprensión sutil de la tensión y la liberación. Un momento destacado en particular es “La Pluie”, en el que un piano en un espacio amplio es rodeado por cuerdas persistentes. Aquí, la maestría de Atkinson en la composición espacial se muestra en todo su esplendor. La voz susurrante que repite “Je suis avec toi” se instala tiernamente en la mente, una presencia reconfortante en un álbum que, en ocasiones, puede ser impactante por su naturaleza experimental.
La producción es, como siempre en Atkinson, impecable. Cada sonido tiene un lugar preciso en el espectro sonoro, y el espacio entre los sonidos es tan importante como los propios sonidos. Esta música no es algo que funcione de fondo: exige una atención plena y recompensa generosamente ese compromiso. Es fascinante ver cómo Atkinson construye sobre sus obras anteriores, desde sus inicios con “Stretchandrelax” hasta sus álbumes en solitario como “Je Suis le Petit Chevalier”. Su experiencia como artista visual y escritora se refleja en la forma en que construye paisajes sonoros: ricos en capas, reflexivos y llenos de detalles ocultos que solo se revelan tras múltiples escuchas.
“Space as an Instrument” es un álbum difícil de describir con palabras. Es experimental en el mejor sentido de la palabra: innovador sin volverse inaccesible, desafiante sin caer en el artificio pretencioso. Cuanto más se escucha, más capas se revelan, atrayendo al oyente más profundamente al universo musical audaz y auténtico de Atkinson. La alta calificación de 8 sobre 10 refleja la encantadora forma en que Atkinson transforma el espacio en música. Este álbum sigue fascinando, se rehúsa a ajustarse a las expectativas convencionales y, con cada escucha, revela nuevos secretos. Quizás no sea para todos, pero para quienes se atrevan a dejarse llevar, les espera una experiencia extraordinaria. (Elodie Renard) (8/10) (Shelter Press)