John Oates – Oates

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Después de décadas en las que John Oates tuvo que soportar la perpetua subestimación como ‘la otra mitad’ de Hall & Oates, su séptimo álbum en solitario homónimo llega como una declaración artística de libertad sin precedentes. Con las disputas legales con Daryl Hall finalmente resueltas y el dúo definitivamente enterrado, «Oates» se presenta como un regreso liberador al R&B orientado al groove, el yacht-rock y el pop que estableció su reputación en los años ochenta. Es un álbum nacido de la necesidad, tanto artística como existencial, y que paradójicamente resulta en el trabajo en solitario más auténtico y convincente de Oates hasta la fecha. El hombre tiene ahora 77 años, pero no lo parece, y sus habilidades compositivas demuestran seguir siendo de primera clase.

El productor David Kalmusky, conocido por su trabajo con Keith Urban y Shawn Mendes, ha creado junto con Oates un sonido que aprovecha perfectamente las cualidades analógicas y cálidas de los Sound Emporium Studios en Nashville. La canción de apertura «Enough Is Enough», en la que el colectivo soul-pop neoyorquino Lawrence sirve como apoyo perfecto para la voz madura de Oates, establece inmediatamente la estética del álbum: una combinación seductora de técnicas de producción contemporáneas y estructuras atemporales de canciones. La Stratocaster de 1958 de Oates, enchufada de nuevo después de años de excursiones acústicas americana, produce aquí esos tonos característicos y relucientes que formaron la piedra angular de clásicos como «Maneater».

«Pushin’ a Rock», originalmente lanzada como single en 2022, gana nueva dimensión aquí a través de la mezcla refinada de Kalmusky de sintetizadores analógicos y precisión digital. La canción encarna perfectamente la obsesión lírica de Oates con la perseverancia, un tema que domina todo el álbum como metáfora autobiográfica. Su interpretación vocal muestra la aspereza característica que los años han añadido a su timbre, pero conserva la precisión melódica que siempre lo distinguió de su compañero más extravagante. La colaboración con Devon Gilfillian en «Mending» y «Real Thing Going On» demuestra la capacidad de Oates para integrarse con una nueva generación de artistas soul, con las raíces de Filadelfia que ambos comparten claramente audibles en su interacción armónica natural.

Temáticamente, «Oates» navega entre la introspección y la curiosidad mundana, con pistas inspiradas en la pandemia como «Disconnected» y «World’s Gone Wrong» funcionando como cápsulas del tiempo de la alienación colectiva. Estas canciones reflejan no solo experiencias personales de aislamiento, sino que se posicionan dentro de una tradición más amplia de artistas del cancionero americano que traducen el malestar social en emociones humanas universales, una línea que va desde Woody Guthrie pasando por Marvin Gaye hasta Bruce Springsteen.

Las incursiones latinas «Dreaming of Brazil» y «Bajo la Luz de la Luna» (esta última compuesta para la película «Gringa») dan testimonio de la sensibilidad cosmopolita de Oates y su fascinación de toda la vida por la estética bossa nova de Antonio Carlos Jobim. En esto hace eco del enfoque multicultural que Hall & Oates emplearon en su apogeo, donde la artesanía del pop americano se impregnaba con influencias internacionales. El álbum cierra con una notable versión de «Walking in Memphis» de Marc Cohn, seguida de un remix de Grabbitz, una elección que es tanto respetuosa como audaz, y que ilustra la disposición de Oates a recontextualizar su legado dentro de paisajes sonoros electrónicos contemporáneos.

«Oates» logra evitar la nostalgia sin negar su ADN artístico, no es una hazaña fácil para un veterano de 77 años. Los momentos más fuertes surgen cuando Oates combina su experiencia compositiva con la energía fresca de sus colaboradores, como en la hipnótica «A Ways Away» con sus brillantes capas de guitarra acústica. Los momentos más débiles se manifiestan principalmente en los arreglos algo predecibles de canciones como «Let Me Be the One», donde la producción a veces eclipsa la fuerza inherente de la composición de Oates.

Comparado con su álbum anterior «Reunion» de 2024, «Oates» muestra un artista que se siente cómodo tanto con su pasado como con su futuro. Mientras muchos de su generación quedaron atrapados en el pastiche o la reflexión amarga, Oates demuestra aquí que la reinvención es posible sin autonegación. Su posición dentro del panorama musical actual es la de un maestro artesano que ha adaptado sus herramientas a los nuevos tiempos sin olvidar de dónde viene.

«Oates» funciona tanto como continuación como nuevo comienzo, cierra un capítulo turbulento mientras simultáneamente abre nuevas posibilidades artísticas. El álbum confirma el estatus de Oates no como una curiosidad nostálgica, sino como un artista vivo y en evolución cuyo mejor trabajo puede que aún esté por delante. En una época en que la autenticidad a menudo se usa como estrategia de marketing, Oates ofrece el raro ejemplo de un artista que genuinamente se ha reencontrado consigo mismo. ¡Un álbum excelente! (8/10) (Jasper Productions)

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